Últimamente, esperar algo de un PPV de WWE parece un término difícil de definir. Desde la victoria de Goldberg sobre Brock Lesnaren apenas minuto y medio, no sabemos cómo armar nuestras expectativas.
Royal Rumble (2017) supuso otro mazazo a nuestros esquemas, con Roman Reigns eliminando a The Undertaker y fijando así un futuro duelo para WrestleMania 33.
Obviando las decisiones creativas, si seguimos hablando de esperar, hoy más que nunca sólo podemos ceñirnos a la calidad de los combates, pues es el único aspecto que debe prevalecer para todo aficionado. Elimination Chamber (2017) tiene lugar hoy, y quizá nos traiga otra decepción en este sentido. Sin embargo, tiene muchos visos de resultar un notable show, luchísticamente hablando.
Hablo de decepción cuando me refiero al resultado del combate estelar. Según las previsiones, Bray Wyatt se llevará la victoria, lo que, como ya expresé en un artículo, hará del último reinado de John Cena un movimiento sólo diseñado para la consecución de su decimosexto campeonato mundial. Añadámosle la cancelación de un duelo con Taker para WM y el pronóstico que lo sitúa, a cambio, en un combate mixto por parejas. Así, una continuidad de su ostentación se antoja vital, pese a que Randy Orton espera en el horizonte. Aquí surge el conflicto, porque al mismo tiempo truncaría el primer gran triunfo individual de Wyatt, quien hace tiempo
merece un mayor status.
Dejando a un lado quién saldrá de la Cámara de Eliminación con el Campeonato WWE bajo el brazo, dicha batalla tiene mucho que ofrecer. Casi todos los integrantes ya han mantenido hostilidades entre sí, por lo que el acople vendrá rodado. Aunque se echa de menos un luchador de altos vuelos (véase Kalisto), la combinación es bastante atractiva, pues, sobre el papel, cualquiera de ellos podría ganar. Ni siquiera Dean Ambrose o Baron Corbin parecen figurar como relleno, he ahí el gran acierto de esta EC. De hecho, una gran actuación de “El Lobo Solitario” podría abrirle las puertas del plano estelar.
Veremos quién elimina a Cena, si las citadas previsiones así se cumplen. The Miz sería la opción lógica a fin de construir ese duelo mixto ya mencionado, pero podríamos asistir a una combinación de fuerzas, tal y como ocurrió en No Way Out (2009). Por su parte, suponemos que Styles hará un gran papel y de nuevo será batido por el rapero, igualando ese marcador personal entre ambos y zanjando un excelente ángulo. Curioso que “El Fenomenal”, con 39 primaveras, ofrezca aquí su primera participación.
Es un acierto que SmackDown tenga la exclusividad de EC, pues no imaginamos un mejor último checkpoint, antes de “La Vitrina de los Inmortales”, para el título por antonomasia de la compañía. Hablando de expectativas, sería una gran noticia que WWE no intente rebajar el tono de este encuentro y deje fluir la intensidad. Dos años sin Cámara tienen al aficionado sediento de acción.
Recordemos que este concepto fue estrenado en Survivor Series (2002), época donde aún la sangre estaba al orden del día. Una creación situada entre dos eras: la Attitude y la Ruthless Agression, que quedan muy lejanas echando un simple vistazo al producto actual. En definitiva, una gran ocasión para que Shane McMahon consiga dar un vuelco definitivo a la pugna con Raw, y la azul se confirme como la mejor marca principal.
Otro punto para conseguir este objetivo son las luchas femeniles del cartel: 3 en total, algo insólito para cualquier PPV. Claramente, se trata de una apuesta definitiva por esta división, que estaba quedando rezagada respecto a la de Stephanie McMahon. Porque Raw ganó de calle en 2016, llegando a otorgar el estelar de Hell in a Cell (2016) a dos mujeres, Charlotte y Sasha Banks, por primera vez en la historia de la empresa. Pero muchos critican el excesivo peso de estas dos gladiadoras, que junto a Bayley, sostienen el panorama.
SD, pese a no tener nombres tan brillantes, cuenta con un elenco femenino, en general, más completo. Mickie James viene a sumar en calidad de veterana, figura siempre necesaria en todo elenco y de la que carece Raw. Junto a Becky Lynch cuajará con seguridad un buen choque. Mientras, Alexa Bliss ha demostrado ya cualidades para ser una gran campeona ruda, y Naomi pondrá el contrapunto con su atlético estilo.
¿Estará próximo un PPV con estelar femenil? James tiene recorrido de sobra para protagonizar uno, e insisto, podría ser clave para el impulso de la mujeres de SD. Sólo hace falta apostar por ellas, y por primera vez tras el Draft, Raw se vería desafiada en su mejor terreno, dándole donde más duele.
Respecto al resto del cartel, lo que llama la atención es el número de combates, y eso quizá pase factura al global del show. El 2 contra 1 (Kalisto y Apollo Crews vs. Dolph Ziggler) es propicio para un martes noche, pero no para el primer PPV inmediatamente posterior a RR e inmediatamente anterior a WM. Asimismo, no deja en muy buen lugar a Crews y Kalisto. Bajo mi punto de vista, debió colocarse en el Kickoff.
Un caso opuesto al del Turmoil, que confirma que, vivimos unos años dorados en cuanto a duplas, tanto de SD como de Raw. No es mi estipulación favorita, pero su dinamicidad siempre suma puntos. Por último, Luke Harper vs. Randy Orton abrirá la puerta a la desintegración de The Wyatt Family, y en teoría deberíamos ver una buena lucha.
Hoy es el día del regreso de la Cámara de Eliminación, y WWE BOLETIN PERU les ofrecerá, como siempre, la mejor cobertura. Sigan atentos a los acontecimientos que precederán a WrestleMania 33, pues todo podría cambiar a partir de aquí.
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